I Jornadas sobre historia local en Coca, al completo
I.- "Un hispano en el trono imperial. Teodosio" y "Mesta y Trashumancia"
Tal como estaba previsto, el pasado miércoles 30 de Abril tuvo lugar la primera jornada de las tres anunciadas sobre la Historia Local de la Villa, ideadas y dirigidas por D. Victor Manuel Cabañero Martín. Tras el acto inaugural, a cargo del Alcalde D. Juan Carlos Álvarez Cabrero, tomó la palabra la conferenciante Dña. Pilar Fernández Uriel Profesora de Historia Antigua para desarrollar el tema: “Un hispano en el trono imperial. Teodosio”.
A lo largo de más de una hora y ante un público numeroso e interesado, la Sra. Fernández Uriel nos fue revelando datos y detalles de la figura del emperador nacido en Coca en el año 346, y muerto en Milán en el 395, refiriéndose extensamente a su reinado que, como todos los liderazgos, tuvo luces y sombras.
Frente al dato positivo de una buena Administración, se le achaca un considerable aumento de los gastos suntuarios, y frente a su lucha por bajar la inflación nos encontramos con un aumento de la presión fiscal. También se le imputa que se ocupara más de Oriente que de Occidente, tras la división del Imperio.
Una de la circunstancias más conocidas de su gobierno fue el Edicto de Tesalónica en el año 380, por el que, junto a Graciano, impuso el cristianismo como religión oficial, lo que supuso un cambio total en la sociedad de la época, con la eliminación de todos los símbolos paganos, con la destrucción de templos dedicados a las divinidades romanas, la desaparición de las vírgenes vestales, la supresión del Altar de la Victoria en el Senado.
También se anularon las Olimpiadas, y se cerró la Escuela de Filosofía, y en general se prohibió cualquier manifestación pagana.
Aunque tuvo dificultades no superadas con la Administración y el Ejército, y excesiva vinculación entre sus creencias y sus deberes como emperador, se considera que hizo todo lo que pudo por unir un Imperio que ya presentaba claros signos de decadencia.
Tras unos breves minutos de descanso, tomó la palabra D. José Luís Pascual Cabrero, ADL del Ayuntamiento de la Villa, que desarrolló el interesante tema: “Mesta y Trashumancia”.
Explicó como las cañadas influyen en gran manera en el paisaje y en el medio ambiente, siendo las principales causas de la Trashumancia los grandes contrastes climáticos de nuestro país que hacen a los rebaños y sus pastores trasladarse de las dehesas de verano a las de invierno o viceversa buscando pastos, produciéndose así un mayor aprovechamiento de los espacios. este movimiento de ganado se realiza mediante un sistema de caminos llamados vías pecuarias. Segovia, dada su situación geográfica, era el centro de paso de los pastos del Norte a los pastos del Sur, y todos los ganados de la cañada Leonesa debían pasar por Coca, que fue uno de los centros de movimiento más importantes de nuestro país, además de ser de gran influencia en la trashumancia española, estando ubicado en el entorno del Castillo uno de los principales descansaderos. Los Fonseca tenían en el comercio de la lana, una de sus principales fuentes de ingresos, y quizá esto tuvo algo que ver con la construcción del Castillo precisamente en ésta ubicación.
La Mesta tuvo su origen en una asociación de pastores, que además de pastorear ejercían labores de vigilancia de los ganados ante las tropas musulmanas, pudiendo considerarse verdaderos pastores-guerreros. La importancia del ganado y su cuidado era tan considerable, que los pastores de las Cañadas Reales tenían notables privilegios, como por ejemplo estar exentos de cumplir el servicio militar, prebenda que se extendió prácticamente hasta nuestros días, en pueblos como Casla y Matabuena.
II.- "Cauca Vaccea y Romana en el valle medio del Duero" y "La cofradía de la Vera Cruz"
El Jueves 1 de Mayo a las 12 de la mañana, continuamos las Jornadas sobre Historia de Coca.
En ésta ocasión la primera conferencia estuvo impartida por el arqueólogo y profesor de Historia y Arqueología D. Francisco Blanco, nacido en Coca e hijo predilecto de la Villa, que disertó sobre: “Cauca, ciudad Vaccea y Romana en el valle medio del Duero”.
En ésta ocasión la primera conferencia estuvo impartida por el arqueólogo y profesor de Historia y Arqueología D. Francisco Blanco, nacido en Coca e hijo predilecto de la Villa, que disertó sobre: “Cauca, ciudad Vaccea y Romana en el valle medio del Duero”.
En su brillante exposición el profesor Blanco nos trasladó a aquellos ya lejanísimos tiempos en que Coca por única vez en su historia fue autónoma, sin depender de ninguna otra Administración.
Se calcula que la Coca vaccea se extendía en 25 o 26 hectáreas, lo que la convertía en una población muy considerable, ya que Cuellar y Sepúlveda solo tenían unas 4 Ha.. Poseía una aldea o barrio satélite en lo que conocemos como Cuesta del Mercado, y la muralla pre-romana podría estar trazada de forma parecida a la muralla medieval.
Las casas construidas en barro y madera, tenían la característica de poseer rodapiés en el interior, único caso en Castilla y León. Disponían de almacenes y despensas al lado de las viviendas, y la aparición de cajitas requemadas por dentro, con restos de plantas, hacen pensar que aromatizaban sus casas quemando romero u otras plantas aromáticas.
Su vida cotidiana debía ser pacífica, desarrollando labores agrícolas y produciendo piezas textiles en el ámbito doméstico, ya que se han encontrado pesas de telar. Cultivaban cereales, en especial trigo y también disponían de terrenos dedicados al viñedo, puesto que en las excavaciones de finales del siglo III antes de Cristo, aparece pepitas de uva cultivada. Trabajaban la ganadería, bóvidos, oveja y cabra, cerdo, caballo, además de utilizar ciervo y conejo como aportación cárnica.
La cerámica, de muy buena calidad y trabajada en colores rojos y grises, que comercializaban, era otro de los principales pilares de su economía. También trabajaban artesanalmente la plata, el hueso y el marfil.
Existía un Senado representativo y su sociedad estaba organizada en una “pirámide”, cuya parte superior estaba ocupada por la aristocracia guerrera, seguida por los artesanos y comerciantes, y la base la componían los agricultores, ganaderos y leñadores.
Esa “aristocracia guerrera” estaba formada por la llamada “Iuventus” o cuerpo de guerreros, con ejército propio de infantes y una élite ecuestre.
En cuanto a la religión, los vacceos, dada su filiación celta, compartían las deidades cercanas a esa cultura. El dios Lugus o dios-sol, sería posiblemente su dios principal, ya que se han encontrado en excavaciones objetos decorados con la svástica, símbolo que pertenece a ésta deidad. También eran objeto de su devoción los Tokoitei, o dioses de los pactos, y la diosa Epona, cuyo símbolo es el caballo, debía ser una deidad importante en Coca, ya que se han encontrado en excavaciones numerosas figuras de caballo.
Posiblemente alguna de sus necrópolis podría encontrarse en la zona de “Los Azafranales”, donde se han encontrado 3 tumbas. Practicaban la incineración.
Aunque se conocen bastantes cosas sobre la Coca vaccea, son más las que se desconocen, como por ejemplo: el trazado exacto y características constructivas de su muralla. La ubicación exacta y las dimensiones de su o sus necrópolis. El volumen demográfico máximo que pudo haber tenido. Sus fronteras territoriales, ya que era Ciudad-Estado, etc.
Las casas construidas en barro y madera, tenían la característica de poseer rodapiés en el interior, único caso en Castilla y León. Disponían de almacenes y despensas al lado de las viviendas, y la aparición de cajitas requemadas por dentro, con restos de plantas, hacen pensar que aromatizaban sus casas quemando romero u otras plantas aromáticas.
Su vida cotidiana debía ser pacífica, desarrollando labores agrícolas y produciendo piezas textiles en el ámbito doméstico, ya que se han encontrado pesas de telar. Cultivaban cereales, en especial trigo y también disponían de terrenos dedicados al viñedo, puesto que en las excavaciones de finales del siglo III antes de Cristo, aparece pepitas de uva cultivada. Trabajaban la ganadería, bóvidos, oveja y cabra, cerdo, caballo, además de utilizar ciervo y conejo como aportación cárnica.
La cerámica, de muy buena calidad y trabajada en colores rojos y grises, que comercializaban, era otro de los principales pilares de su economía. También trabajaban artesanalmente la plata, el hueso y el marfil.
Existía un Senado representativo y su sociedad estaba organizada en una “pirámide”, cuya parte superior estaba ocupada por la aristocracia guerrera, seguida por los artesanos y comerciantes, y la base la componían los agricultores, ganaderos y leñadores.
Esa “aristocracia guerrera” estaba formada por la llamada “Iuventus” o cuerpo de guerreros, con ejército propio de infantes y una élite ecuestre.
En cuanto a la religión, los vacceos, dada su filiación celta, compartían las deidades cercanas a esa cultura. El dios Lugus o dios-sol, sería posiblemente su dios principal, ya que se han encontrado en excavaciones objetos decorados con la svástica, símbolo que pertenece a ésta deidad. También eran objeto de su devoción los Tokoitei, o dioses de los pactos, y la diosa Epona, cuyo símbolo es el caballo, debía ser una deidad importante en Coca, ya que se han encontrado en excavaciones numerosas figuras de caballo.
Posiblemente alguna de sus necrópolis podría encontrarse en la zona de “Los Azafranales”, donde se han encontrado 3 tumbas. Practicaban la incineración.
Aunque se conocen bastantes cosas sobre la Coca vaccea, son más las que se desconocen, como por ejemplo: el trazado exacto y características constructivas de su muralla. La ubicación exacta y las dimensiones de su o sus necrópolis. El volumen demográfico máximo que pudo haber tenido. Sus fronteras territoriales, ya que era Ciudad-Estado, etc.
Durante la Cauca romana se ocupan nuevos espacios y cambia el aspecto de la ciudad. Se construye con piedras, las casas son de 2 plantas y las cubiertas de teja. El tipo de vivienda es más desarrollada, se decora con estucos de color e incluso a veces los tejados están adornados con figuras de arcilla. La piedra llega en gran cantidad, sobre todo pizarra y cuarcita, procedente de Bernardos y Santa María de Nieva.
Cambia radicalmente el sistema de gobierno, ya que Coca deja de ser autónoma y pasa a depender de Roma, aunque se conserva el Senado caucense.
Las manifestaciones religiosas varían y se impone el culto al Emperador y a los dioses romanos: Júpiter, Hércules, Mercurio y el dios Attis, deidad oriental.
Más tarde entrará en Coca el cristianismo, seguramente a través de la influyente familia de Teodosio.
Al igual que de la época vaccea, también desconocemos muchas cosas de ésta época, por ejemplo: Si estuvo protegida por murallas, como era el trazado urbano, donde estaban ubicados los edificios para el ocio que sin duda tendrían, así como su volumen demográfico.
Del edificio romano de la zona de “Los 5 caños”, tan solo se conserva el 10% de lo que sin duda fue la mansión de alguien importante, posiblemente del alcalde la época o “Dumbir”.
Cambia radicalmente el sistema de gobierno, ya que Coca deja de ser autónoma y pasa a depender de Roma, aunque se conserva el Senado caucense.
Las manifestaciones religiosas varían y se impone el culto al Emperador y a los dioses romanos: Júpiter, Hércules, Mercurio y el dios Attis, deidad oriental.
Más tarde entrará en Coca el cristianismo, seguramente a través de la influyente familia de Teodosio.
Al igual que de la época vaccea, también desconocemos muchas cosas de ésta época, por ejemplo: Si estuvo protegida por murallas, como era el trazado urbano, donde estaban ubicados los edificios para el ocio que sin duda tendrían, así como su volumen demográfico.
Del edificio romano de la zona de “Los 5 caños”, tan solo se conserva el 10% de lo que sin duda fue la mansión de alguien importante, posiblemente del alcalde la época o “Dumbir”.
Tras un breve descanso, se continúo con la Conferencia titulada : La Cofradía de la Vera-Cruz: rito y festejos”, que corrió a cargo de D. Víctor Manuel Cabañero Martín, investigador local, licenciado en Historia y promotor y coordinador de éstas Jornadas.
El conferenciante explicó pormenorizadamente la trayectoria de ésta antigua Cofradía de Coca, tan relacionada con los ritos penitenciales de la Semana Santa y las Fiestas de la Cruz, cuya tradición se extiende hasta nuestros días, y de la cual tenemos un signo y recuerdo palpable en la Cruz de Setién que ha formado parte del paisaje de nuestra Villa desde aquellos tiempos hasta la actualidad.
Las Cofradías que se podrían definir como una Asociación de Vecinos en torno a un hecho religioso, eran agrupaciones de fieles cristianos, o de laicos y clérigos, que se unían en funciones de culto, penitencia u obras benéficas, entierro de difuntos o atención a hospitales, y que han ido variando y evolucionando a través de los siglos.
En Coca el primer dato que se tiene en el año 1442, se refiere a la Cofradía de Santa María de la Merced, y a partir de esa fecha nos encontramos con la del Santísimo Sacramento en 1559, Santiago en 1566, la Vera Cruz en 1578, San Sebastián en 1587, Ntra. Señora del Rosario en 1588, y las Benditas Ánimas en 1798.
Los Franciscanos que, como es sabido, tenían en Coca un convento, siempre han aparecido relacionados con la Cofradía de la Veracruz.
El primer listado de Cofrades de la mencionada Cofradía, aparece en 1580, con 77 Cofrades y el segundo listado ya nos lleva al siglo XIX, curiosamente existen 200 años entre el primero y el segundo.
El conferenciante explicó pormenorizadamente la trayectoria de ésta antigua Cofradía de Coca, tan relacionada con los ritos penitenciales de la Semana Santa y las Fiestas de la Cruz, cuya tradición se extiende hasta nuestros días, y de la cual tenemos un signo y recuerdo palpable en la Cruz de Setién que ha formado parte del paisaje de nuestra Villa desde aquellos tiempos hasta la actualidad.
Las Cofradías que se podrían definir como una Asociación de Vecinos en torno a un hecho religioso, eran agrupaciones de fieles cristianos, o de laicos y clérigos, que se unían en funciones de culto, penitencia u obras benéficas, entierro de difuntos o atención a hospitales, y que han ido variando y evolucionando a través de los siglos.
En Coca el primer dato que se tiene en el año 1442, se refiere a la Cofradía de Santa María de la Merced, y a partir de esa fecha nos encontramos con la del Santísimo Sacramento en 1559, Santiago en 1566, la Vera Cruz en 1578, San Sebastián en 1587, Ntra. Señora del Rosario en 1588, y las Benditas Ánimas en 1798.
Los Franciscanos que, como es sabido, tenían en Coca un convento, siempre han aparecido relacionados con la Cofradía de la Veracruz.
El primer listado de Cofrades de la mencionada Cofradía, aparece en 1580, con 77 Cofrades y el segundo listado ya nos lleva al siglo XIX, curiosamente existen 200 años entre el primero y el segundo.
Sabemos que contaba con: 2 mayordomos, 2 contadores, una Junta o Cabildo y un muñidor. Los contadores solían ser personajes con gran poder adquisitivo, en éste caso era contador D. Antonio Setién. El muñidor o alguacil era el único con un sueldo fijo.
La cuota o entrada para hacerse Cofrade era de 15 reales si eran de “luz” y 5 reales si eran “de disciplina”. La Cofradía tenían numerosos gastos, como eran: la cera, la celebración de Misas, las sepulturas, el sueldo del muñidor, los arreglos de la casa donde se reunían, danzantes y música para las fiestas, materiales de cura para los disciplinantes, etc. Estos gastos se cubrían con limosnas que corrían a cargo de gente pudiente, especialmente del antes mencionado D. Antonio Setién, pero también existían otras fuentes de ingresos, ya que las Cofradías heredaban viñas, con las que después se comerciaba, y compraban y vendían vacas para financiarse.
En un documento de 1705, podemos ver las cuentas, donde se señalan como gastos 868,5 reales, y como ingresos 2.560 reales, lo que demuestra que el saldo era evidentemente positivo. También los domingos y fiestas de guardar, las Cofradías ofrecían vino y otras viandas, y a cambio la gente hacía donativos.
En el Jueves Santo se reunían en la iglesia de San Nicolás, donde llevaban a cabo el rito del lavatorio de los pies, y después en la casa que poseían, un fraile franciscano les impartía lo que podríamos llamar un “sermón” o charla penitencial, tras la cual se celebraba la procesión, cuyo último tramo resultaba más impresionante, al llevarse a cabo a través del campo, hasta el convento franciscano, solo iluminados por las antorchas o luminarias que aportaban los penitentes, que durante la procesión se azotaban como disciplina penitencial.
La primera mención que encontramos referente a la Misa y procesión de la Cruz, es del año 1582, y la primera alusión a la música son los llamados “tamborinos”. También realizaban procesiones “de súplica” generalmente para obtener agua, donde asimismo se disciplinaban.
En época de Carlos III, las Cofradías viven un período de crisis. Por medio de edictos se prohíben los penitentes “sangrantes”, en 1783 hay un decreto de extinción y en 1798 una Real Cédula ordena la venta de bienes.
En 1776, la Cofradía de la Veracruz elabora unas nuevas ordenanzas que constan de 13 capítulos y amplía el número de cargos a: Abad, secretario, mayordomo, administrador, diputados y muñidor.
Tenemos acceso a anotaciones del siglo XIX, donde nos encontramos acuerdos de la Junta, donde figura el nombramiento del portador de la Cruz, del estandarte, y portadores de las andas de la Virgen y de las andas de la Cruz para las Fiestas de Mayo.
El viernes 2 de Mayo, tuvo lugar la clausura de las Jornadas sobre la Historia de Coca, con la Conferencia: “Las claves de la Guerra de la Independencia. Ejes de relación entre la historia general y la historia local”, a cargo del prestigioso historiador D. Emilio de Diego García, que comenzó su alocución manifestando que, aunque nacido en el cercano pueblo de Fuente el Olmo, se le considera como hijo de la Villa de Coca, cosa que a él le enorgullece.
A continuación pasó a desarrollar el tema, de absoluta actualidad, ya que precisamente en ésta jornada se conmemora el 200 aniversario del levantamiento en Madrid en contra de la invasión francesa, que como es sabido tuvo lugar el 2 de Mayo de 1808.
A través de su profundo conocimiento de la materia, el conferenciante fue llevando al auditorio por los antecedentes históricos que condujeron a la rebelión del pueblo español contra las tropas napoleónicas, y a la repercusión que la guerra tuvo en Coca.
Ya en 1807, las tropas francesas llegaron a Valladolid, aunque su presencia no resultaba muy preocupante ya que, por entonces, los franceses eran aliados de España contra los ingleses, y ésta situación de tranquilidad se mantiene hasta la primavera de 1808, en que el ambiente, que ya se iba caldeando con algunas decisiones de Napoleón sobre nuestro país, y algunas actitudes prepotentes de las tropas para con la ciudadanía, se puso al rojo vivo, con la pretensión de Napoleón de consolidar en el trono español a José I en detrimento de Fernando VII, lo que produjo en el pueblo una gran indignación que acabó desembocando en los sucesos del 2 de Mayo, fecha en que el vecindario se echa a la calle en una lucha valiente y desigual, enfrentándose a los soldados franceses.
Ante la durísima represión de los invasores que ha quedado inmortalizada por Goya en su impresionante cuadro “Los fusilamientos de la Moncloa”, la lucha se extiende a todo el territorio nacional, y se producen los primeros enfrentamientos serios con resultados desastrosos para las tropas españolas, como la batalla librada en Medina de Rioseco, y cuyos ecos, dada la cercanía, ya llegan a Coca.
A través de su profundo conocimiento de la materia, el conferenciante fue llevando al auditorio por los antecedentes históricos que condujeron a la rebelión del pueblo español contra las tropas napoleónicas, y a la repercusión que la guerra tuvo en Coca.
Ya en 1807, las tropas francesas llegaron a Valladolid, aunque su presencia no resultaba muy preocupante ya que, por entonces, los franceses eran aliados de España contra los ingleses, y ésta situación de tranquilidad se mantiene hasta la primavera de 1808, en que el ambiente, que ya se iba caldeando con algunas decisiones de Napoleón sobre nuestro país, y algunas actitudes prepotentes de las tropas para con la ciudadanía, se puso al rojo vivo, con la pretensión de Napoleón de consolidar en el trono español a José I en detrimento de Fernando VII, lo que produjo en el pueblo una gran indignación que acabó desembocando en los sucesos del 2 de Mayo, fecha en que el vecindario se echa a la calle en una lucha valiente y desigual, enfrentándose a los soldados franceses.
Ante la durísima represión de los invasores que ha quedado inmortalizada por Goya en su impresionante cuadro “Los fusilamientos de la Moncloa”, la lucha se extiende a todo el territorio nacional, y se producen los primeros enfrentamientos serios con resultados desastrosos para las tropas españolas, como la batalla librada en Medina de Rioseco, y cuyos ecos, dada la cercanía, ya llegan a Coca.
Después de estas primeras escaramuzas tan desfavorables para España, el 19 de Junio se produce nuestra gran victoria en Bailén, con lo que ya cunde la confianza de que las tropas españolas pueden enfrentarse seriamente al invasor.
Coca, que no fue escenario de grandes enfrentamientos, si que estaba cerca de los ejes fundamentales de comunicación en la ofensiva y en el repliegue de las tropas, y la entrada de soldados en el pueblo, con las negativas secuelas de todos conocidas, tiene lugar como consecuencia lógica del devenir de los acontecimientos: Napoleón trae más efectivos a España y en el 2 de Diciembre cañonea Madrid, mientras los soldados del general Milhaut entran en nuestra Villa.
El 28 de Diciembre mueren 3 piñeros de ésta zona al paso de las tropas que se desplazan hacia el Norte en persecución de los ingleses. En enero de 1809 se establece en el Castillo una guarnición de soldados franceses que permanecerán allí un año aproximadamente. En el año 1810, con la guerra ya prácticamente decidida en su contra, las tropas de Napoleón comienzan la ofensiva por tierras andaluzas y se retiran de Coca, de modo que, cuando tras la derrota de Arapiles en Julio de 1812 los ingleses pasan por Coca en un tranquilo paseo militar, ya no hay franceses por aquí desde hace tiempo.
La Guerra de la Independencia fue de una extrema crueldad para nuestro país, ya que además de los muertos en el campo de batalla, hubo muchísimas bajas por el hambre y los estados carenciales, y la población sufrió de tremenda escasez, ya que padecía los expolios de los dos bandos y de los guerrilleros que, buscando su aprovisionamiento, dejaban las poblaciones sin apenas recursos.
Coca naturalmente sufrió ésta situación de penuria y tuvo que padecer las requisas de unos y de otros, y en 1813, hubo bastante actividad guerrillera en Coca que dio lugar a serios incidentes que desembocaron en la oscura muerte el Corregidor de la Villa.
Las partidas de guerrilleros tenían muy diferente entidad, ya que podían variar desde pequeños grupos a cuadrillas de 3000 o más hombres. Adquirieron gran relevancia en ésta guerra, y sus actividades consistían principalmente en hostigar a las tropas en terrenos geográficos que ellos conocían, lógicamente, mucho mejor que el enemigo, y sobre todo evitaban en gran medida el posible colaboracionismo entre la población y el invasor. También era muy importante su labor interceptando correos, lo que a veces hacía conocer los planes de los franceses con antelación. Fue muy famosa en ésta zona castellana la guerrilla de el Empecinado.
La Guerra de la Independencia supuso para Coca una auténtica tragedia. Se destruyó la Fábrica de Cristales, se destruyeron muchas viviendas e instalaciones, además de arrasar muchos árboles de sus montes. Tras ésta devastación, la Villa inicia un periodo de decadencia.
Coca, que no fue escenario de grandes enfrentamientos, si que estaba cerca de los ejes fundamentales de comunicación en la ofensiva y en el repliegue de las tropas, y la entrada de soldados en el pueblo, con las negativas secuelas de todos conocidas, tiene lugar como consecuencia lógica del devenir de los acontecimientos: Napoleón trae más efectivos a España y en el 2 de Diciembre cañonea Madrid, mientras los soldados del general Milhaut entran en nuestra Villa.
El 28 de Diciembre mueren 3 piñeros de ésta zona al paso de las tropas que se desplazan hacia el Norte en persecución de los ingleses. En enero de 1809 se establece en el Castillo una guarnición de soldados franceses que permanecerán allí un año aproximadamente. En el año 1810, con la guerra ya prácticamente decidida en su contra, las tropas de Napoleón comienzan la ofensiva por tierras andaluzas y se retiran de Coca, de modo que, cuando tras la derrota de Arapiles en Julio de 1812 los ingleses pasan por Coca en un tranquilo paseo militar, ya no hay franceses por aquí desde hace tiempo.
La Guerra de la Independencia fue de una extrema crueldad para nuestro país, ya que además de los muertos en el campo de batalla, hubo muchísimas bajas por el hambre y los estados carenciales, y la población sufrió de tremenda escasez, ya que padecía los expolios de los dos bandos y de los guerrilleros que, buscando su aprovisionamiento, dejaban las poblaciones sin apenas recursos.
Coca naturalmente sufrió ésta situación de penuria y tuvo que padecer las requisas de unos y de otros, y en 1813, hubo bastante actividad guerrillera en Coca que dio lugar a serios incidentes que desembocaron en la oscura muerte el Corregidor de la Villa.
Las partidas de guerrilleros tenían muy diferente entidad, ya que podían variar desde pequeños grupos a cuadrillas de 3000 o más hombres. Adquirieron gran relevancia en ésta guerra, y sus actividades consistían principalmente en hostigar a las tropas en terrenos geográficos que ellos conocían, lógicamente, mucho mejor que el enemigo, y sobre todo evitaban en gran medida el posible colaboracionismo entre la población y el invasor. También era muy importante su labor interceptando correos, lo que a veces hacía conocer los planes de los franceses con antelación. Fue muy famosa en ésta zona castellana la guerrilla de el Empecinado.
La Guerra de la Independencia supuso para Coca una auténtica tragedia. Se destruyó la Fábrica de Cristales, se destruyeron muchas viviendas e instalaciones, además de arrasar muchos árboles de sus montes. Tras ésta devastación, la Villa inicia un periodo de decadencia.
Han sido sin duda unas interesantísimas Jornadas que, a través del buen hacer de los conferenciantes, nos han hecho conocer y apreciar aún más el rico Patrimonio Histórico de nuestra Villa de Coca, y hay que agradecer y felicitar a todos cuantos con su trabajo e interés han hecho posible que se llevaran a cabo, y especialmente al organizador y promotor de éste encuentro cultural, D. Víctor Manuel Cabañero Martín.
Texto: Maribel Egido
Fotografías: David Rubio