Tríptico del año 1974

Coca se encuentra situada al noroeste de la provincia de Segovia, a 50 kilómetros de esta ciudad y 67 de Valladolid, en la «concha» formada por la confluencia de los ríos Voltoya y Eresma. Con una altitud de 787 metros, goza de saludable clima y posee buenos medios de comunicación por carretera y ferrocarril. «Concha» o «Cauca», primitivo nombre de la actual Villa, es uno de los primeros bastiones de la oposición carpetana a la conquista del suelo hispano por las legiones romanas del cónsul Lucio Licinio Lúculo quien, el año 602 de la fundación de Roma, la puso sitio y, tras rendirla, hizo pasar a cuchillo a 20.000 de sus moradores, sin respetar sexo ni edad. Cinco siglos más tarde (el año 346), una vez rehabilitada por Publio Escipión Emiliano y reconstruida la ciudad, en la que se llegó a acuñar moneda, nació en Coca el que había de ser famoso Emperador Romano: Flavio Teodosio I «El Grande», al que la Historia califica como «Gran militar, buen cristiano, sabio y justo legislador».


Perteneció la actual Villa a la región de los Vacceos, estando incluida entre los pueblos del Convento Cluniacense (provincia de Tarraco); y fue la novena mansión del camino militar que, desde Astorga, iba a Zaragoza torciendo por Cebrones; y la decimosexta de otro que, saliendo de Mérida y pasando por Salamanca, finalizaba en Zaragoza.
Durante la dominación goda, como prueba de su nuevo y pujante florecimiento, se instituye, en Coca, Silla episcopal (año 527). Reconquistada a los árabes por las huestes de Alfonso VI, es destruida en varias ocasiones, hasta que se consolida definitivamente la Reconquista.
En la edad Moderna resurge esplendorosa nuevamente la antigua ciudad, al hacer de Coca el solar de su señorío Alfonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla y magnate de la Corte de Enrique IV, quien terminó el famoso castillo-palacio. ejemplar el más perfecto y genuino de la arquitectura militar mudéjar. Llegó a ser tanto el fausto y riqueza de sus poseedores que, al finalizar un banquete dado por Alonso de Fonseca, hizo sacar bandejas llenas de joyas para que las damas asistentes eligieran las que quisieran.
CASTILLO.—La gigantesca proporción de su fábrica de ocre ladrillo fue construida, sobre antigua fortaleza, por Alonso de Fonseca, a principios del siglo XV, aunque se trabajó en él durante todo el siglo, apareciendo en una de sus torres principales, medio borrosa e incompleta, la fecha en que se terminó: MCCCC...: En el año 1959 es perfectamente reconstruido por el Estado. En su núcleo central, rectangular y distribuido alrededor del patio de armas, se yergue altiva la almenada torre del homenaje, y en sus extremos de grandes murallas, cuatro torres hexagonales con garitas, todo ello rodeado de inaccesible foso y escarpa.
Ha sido utilizado como palacio-castillo, fortaleza y prisión y en él estuvo preso (1645) el Duque de Meclinasidonia don Gaspar Alonso Pérez de Guzmán, después de su fracasado intento de proclamarse Rey de Andalucía.
En la actualidad alberga una Escuela de Capataces Forestales, regentada por el Estado, pero sin que ello le reste belleza o grandiosidad, ni suponga obstáculo alguno para el turista o estudioso que desea visitarle.
Como muertos vestigios y recuerdos de su pasada grandeza se conservan además la iglesia de Santa María la Mayor, una de las siete que existían en el señorío, en la que se encuentran cuatro sepulcros, labrados en mármol de Carrara, por el artista burgalés Bartolomé Ordóñez y sus discípulos y por el escultor Toscano Doménico di Sandro Fancelli. La airosa y esbelta torre mudéjar de la que fue iglesia de San Nicolás, erigida hoy en Monumento a los Caídos; Arco de la Villa, utilizado como prisión del Corregidor; restos de muralla y calzada romana, necrópolis de «El Cantosal».
En la actualidad, junto a las viejas mansiones de su caserío antiguo, las modernas viviendas alineadas, blancas y sencillas en su arquitectura; sus cuidadas calles y plazas, dotadas de cuantos servicios demanda una moderna agrupación urbana; las instalaciones docentes, polideportivas, sus vistosos jardines y sugestivos ríos y alamedas, la tranquila vida de sus habitantes..., contrastando todo ello con su pasado histórico y pregonando su abolengo hidalgo.

Fotografías: Antonio
Imp. Vda. de Mauro Lozano.-J. Bravo, 34 Segovia
D. L. SG - 196 -74