Alcazarén, la Villa de las dos torres

Siempre que he pasado por Alcazarén de noche, me han llamado la atención desde la carretera, dos torres bonitamente iluminadas de dos iglesias, que destacan en la oscuridad, dándole al pueblo un aire como de Nacimiento.
Como las había visto solo de paso, me hice el propósito de hacer un pequeño viaje desde Coca, para conocerlas más de cerca.
Alcazarén, de algo más de 700 habitantes, se encuentra situado en la comarca denominada
“Tierra de Pinares”, forma parte del Camino de Santiago, pertenece a la provincia de Valladolid, y se encuentra a unos 30 Km. de nuestra Villa. Podemos llegar desde Olmedo, si elegimos viajar por la carretera de Madrid, o bien por Pedrajas de San Esteban, si preferimos una con menos tráfico.

Las dos torres que llamaron mi atención pertenecen a dos iglesias: Santiago y San Pedro. La de Santiago se asoma a la Plaza Mayor, es de estilo mudéjar y data del siglo XIV. Su retablo mayor está dedicado al Apóstol Santiago, que aparece en la hornacina central, la Capilla de la Virgen del Carmen es un pequeño espacio cubierto con una cúpula de yeserías barrocas, y el interior del ábside está decorado con pinturas góticas.
En la actualidad la iglesia se encuentra sometida a trabajos de reparación, por lo que es difícil su visita, y su fachada principal no se presta ahora demasiado a la fotografía, pues está cubierta en gran parte por lonas y andamios. Sin embargo podemos admirar y recoger la imagen de su preciosa torre, habitada abundantemente por cigüeñas.
El otro templo estuvo dedicado a S. Pedro, es de estilo románico-mudéjar, y ha sobrevivido el ábside semicircular, y un tramo de la cabecera, su recinto interior se utiliza en la actualidad para la celebración de conciertos y actos culturales. En la torre, adosada al lateral derecho del ábside, se encuentra el viejo reloj de la villa, y a sus pies una fuente en la que se puede leer la siguiente inscripción: “
Reinando Carlos IV. Año 1795. A costa de los propios”.

La Casa Consistorial, ubicada en la Plaza Mayor, frente a la iglesia de Santiago, data del primer cuarto del siglo XVIII, y lo único que se conserva de su construcción original es la fachada, que consta de seis arcos, tres en la planta baja, formando el pórtico, y los tres restantes en la planta superior, bajo los cuales se abre la galería, haciendo que la fachada aparezca totalmente abierta.

En el interior del Ayuntamiento, se encuentra expuesta, y muy bien conservada, la vieja maquinaria del reloj de la torre de San Pedro.

Callejeando por los rincones del pueblo, encontramos varias casas de interés por su antigüedad, y una calle cuyo nombre nos sorprendió: Luís Candelas. Nos informaron de que no se trataba de ninguna casualidad, efectivamente hacía mención al famoso bandolero, nacido en Madrid en 1804, que al parecer fue detenido en la posada del pueblo, cuyo edificio, ya reconstruido aunque conservando el arco original, se encuentra justo haciendo esquina a dicha calle.

Nos detuvimos también en la tranquila plaza que la villa ha dedicado a su ilustre vecino, D. José Jiménez Lozano, ganador del Premio Cervantes (el más importante galardón de las letras hispanas), autor de la “Guía espiritual de Castilla”, así como de innumerables novelas, cuentos, poemas y ensayos, además de numerosísimos artículos, y que los alcazareños tienen la suerte de poder ver a menudo paseando por sus calles y plazas.
Casi a las afueras del pueblo se encuentra la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, edificio barroco de mediados del siglo XVIII, de grandes proporciones, y donde cabe destacar el gran retablo rococó de madera sin pintar, que llena el presbiterio.




No podía faltar en éste viaje nuestro interés por visitar los espacios naturales que rodean Alcazarén, y que en esta ocasión han sido en dos zonas: el Puente Viejo y “la Central”.
El Puente Viejo, ubicado entre Alcazarén y Hornillos, es un puente de piedra, construido en el siglo XVII, bajo cuyos ojos se desliza “nuestro” Eresma , bastante crecido por las últimas lluvias, en un hermoso paraje, en cuyas cercanías se encuentra la llamada “Cueva de Luís Candelas”, lugar donde la leyenda popular sitúa el refugio del famoso bandolero, que al parecer la utilizó cuando huía de las autoridades.
Lo que se conoce como “la Central” es una zona donde se encontraba la antigua central hidroeléctrica que abastecía de luz al pueblo, y que hoy ya está abandonada. Es un espacio de gran encanto, donde el río, primero remansado, se precipita después en una presa, que con su sonido característico, se nos anuncia, antes de verla.
No quiero terminar sin agradecer a Marta, la encargada del Centro de Información Turística de Alcazarén, su gran amabilidad en informarnos y acompañarnos en la mayor parte de nuestro recorrido.

Maribel Egido Carrasco