En busca de "El Greco"

Siguiendo con las rutas que nos ofrece la Campiña Segoviana, y siempre tomando como punto de partida nuestra Villa de Coca, hoy dirigimos nuestros pasos hacia un lugar que guarda, además de otros atractivos, uno muy especial: el cuadro del Greco que alberga el templo parroquial de Martín Muñoz de las Posadas.

El primer punto de interés de nuestro itinerario lo encontramos en nuestro vecino pueblo de Santiuste de San Juan Bautista, ya que, a pesar de su cercanía, quizá no habíamos reparado en que, su iglesia de origen románico del que conserva su ábside semicircular, guarda en su interior un excelente Cristo del siglo XII, que pudimos fotografiar.

Dejamos atrás San Cristóbal de la Vega, cuya iglesia de estilo mudéjar es visible a varios km. debido a su situación en la colina que corona el pueblo.

Hacemos una pequeña parada en el pequeño pueblo de Montuenga, para admirar su bonita iglesia mudéjar rodeada de cuidados jardines, y regresamos a la carretera general.
de Valladolid- Adanero.

Y llegamos por fin a la Villa de Martín Muñoz de las Posadas, cuyo origen se remonta a la repoblación que, tras la conquista de Toledo, fue encargada al yerno de Alfonso VI, Raimundo de Borgoña, quien a su vez entregó éste territorio al caballero Martín Muñoz.
Ya en el centro del pueblo, nos recibe una enorme plaza castellana, semiporticada, rodeada de casas típicas sobre columnas de piedra, y otros edificios no tan antiguos, pero que guardan armonía con el entorno, resultando un conjunto de gran encanto. La gran extensión de la plaza nos hace pensar en la importancia económica y comercial que en su momento tendría la Villa.

En la misma plaza se alza la espléndida iglesia parroquial, de singular amplitud, (está considerada la de mayores dimensiones de la provincia de Segovia). Nada más introducirnos en la nave de la iglesia por la bonita puerta que da a la plaza, nos encontramos de frente con la hornacina donde se encuentra situado “El Calvario” de el Greco. En la semipenumbra del templo, acertadamente iluminada, nos produce esa inequívoca sensación de que estamos ante una obra de arte. Es un lienzo de gran belleza, donde la expresión de los rostros y los suaves colores inspiran serenidad.



Pero aunque el cuadro sea, por decirlo de alguna manera, “la estrella” a visitar, no hemos terminado ni mucho menos de admirar lo que el templo contiene. Al fondo, y tras el altar Mayor, nos encontramos un retablo magnífico, de madera decorada, con escenas de la vida de Cristo en bajorrelieve policromado, considerado de gran valor artístico. A la derecha del crucero vemos también un interesante retablo plateresco.
Asimismo merecen mención las restantes puertas de acceso al templo, especialmente la conocida como “Puerta de las Procesiones”.

Enfrente de la iglesia se encuentra el Ayuntamiento, construido a principios del siglo XIX, con fachada de piedra y con arcos sobre parejas de columnas.
Aun nos quedaba por visitar el Palacio del Cardenal Espinosa, palacio típico castellano de estilo herreriano, cuya fachada es de gran belleza, y cuyo espléndido patio interior, yo tenía gran interés en fotografiar. Como permanece cerrado, hubo que recurrir a la amabilidad de D. Miguel, el párroco, que a pesar de tener que salir de inmediato de viaje, accedió a abrirlo para que pudiéramos hacer las fotos. Gracias desde aquí.



A la salida de Martín Muñoz, en dirección a Juarros de Voltoya, (desviándonos por un camino rural a la derecha de la carretera), en una zona de huertas, pudimos contemplar un precioso, aunque ya deteriorado, puente medieval anejo a un molino, del que una amable vecina de Martin Muñoz nos había hablado. Hechas las correspondientes fotografías, retrocedimos a la carretera de Juarros, donde queríamos visitar el precioso entorno de su embalse.
Se trata de un encantador paraje acuático donde encuentra refugio gran número de aves, y cuyos márgenes sombreados son una delicia de pasear, cuando el sol calienta.



En la excursión de hoy, y siempre sin sobrepasar los, aproximadamente 40 km. que establecimos como “alrededores”, hemos podido combinar de nuevo, arte y Naturaleza en un mismo itinerario.

Maribel Egido