Igual y Distinta
Quiero verte con ojos forasteros,
dejándome invadir por la sorpresa,
por el impacto que causa tu belleza
a quien viene de fuera a contemplarte.
No quiero que el efecto cotidiano
desvanezca el impulso de admirarte,
no perder la frescura del encuentro,
aunque ya te conozca, al pasearte,
y mirarte distinta, aunque te sienta
nuestra Coca de siempre, para amarte.
A veces siento envidia de esas gentes,
que ven por vez primera cuanto guardas,
y exptesan la impresión que les produces,
en el gesto encantado de sus caras.
Quisiera ser de fuera para verte,
para estrenar de nuevo tu belleza,
descubrir tus rincones, de tal suerte,
que de ti me enamore con la fuerza,
de un flechazo de amor inesperado,
como hacen los que vienen a admirarte
y quedan de tu encanto cautivados.
No quiero acostumbrarme a tu hermosura,
quiero ser forastera aunque aquí viva,
mirarte cada vez con ojos nuevos,
y prendarme de tí, día tras día.
Maribel Egido Carrasco
Quiero verte con ojos forasteros,
dejándome invadir por la sorpresa,
por el impacto que causa tu belleza
a quien viene de fuera a contemplarte.
No quiero que el efecto cotidiano
desvanezca el impulso de admirarte,
no perder la frescura del encuentro,
aunque ya te conozca, al pasearte,
y mirarte distinta, aunque te sienta
nuestra Coca de siempre, para amarte.
A veces siento envidia de esas gentes,
que ven por vez primera cuanto guardas,
y exptesan la impresión que les produces,
en el gesto encantado de sus caras.
Quisiera ser de fuera para verte,
para estrenar de nuevo tu belleza,
descubrir tus rincones, de tal suerte,
que de ti me enamore con la fuerza,
de un flechazo de amor inesperado,
como hacen los que vienen a admirarte
y quedan de tu encanto cautivados.
No quiero acostumbrarme a tu hermosura,
quiero ser forastera aunque aquí viva,
mirarte cada vez con ojos nuevos,
y prendarme de tí, día tras día.
Maribel Egido Carrasco